PARA QUE HABITE ENTRE SU LUZ
Todo el mundo es luz y sombra
pero a ella la sombra la siguió
más que la luz y oscurecía
de igual modo un suceso alegre
que el reposo entre dos abrazos.
Ese aire gris sobrevolaba
sus pensamientos día a día
y la acosó por los jardines
por los hoteles y sus camas
manteniéndola prisionera
del insomnio y la soledad.
Sólo el humo de un cigarrillo
o la ebriedad o la pasión
la apartaban ciertos momentos
de una suerte sin caridad.
Por eso él la acompaña
cuando bebe y respira el humo
y la desviste y se desviste
para que habite entre su luz.
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